Crear valor económico, medioambiental y social a corto y largo plazo, contribuyendo al aumento del bienestar y al verdadero progreso de las generaciones presentes y futuras en su entorno general, es la premisa de una empresa sostenible, creando estrategias de acción para mejorar los procesos, tal como lo están desarrollando en forma sostenida y permanente en Bravo Izquierdo desde hace muchos años.

Lograr reducir el impacto ambiental, entablar un compromiso social respetando el medio ambiente y potenciar la sostenibilidad en los procesos productivos, son los principales ejes con los que las empresas constructoras deben trabajar, para lograr la tan necesaria sustentabilidad, y esto es posible desde varios ámbitos, ya sea en el uso sustentable de los recursos, como en las prácticas sociales positivas, acciones que han ido incorporando en cada área de trabajo en Bravo Izquierdo.

Nicolas Arenas – Gerente de Gestión y Sostenibilidad – Constructora Bravo izquierdo

“La sostenibilidad aplicada a la estrategia empresarial, va más allá del cumplimiento de las obligaciones jurídicas, fiscales o laborales, siendo de vital importancia el aumento en la inversión del capital humano, del entorno y las relaciones con los interlocutores. La mirada a largo plazo, incluye necesariamente una reflexión estratégica sobre las decisiones e inversiones, y eso debe ir siempre asociado a la sustentabilidad”, explica Nicolás Arenas, Gerente de Gestión y Sostenibilidad de Bravo Izquierdo. Por tanto, contribuyen a crear un marco donde las empresas puedan gestionar sus operaciones de modo que se fomente el crecimiento económico y la competitividad, al tiempo que se garantice la protección del medio ambiente y se ponga en valor el impacto social de la actividad empresarial.

Dar el paso hacia la sostenibilidad requiere de una base sólida, ya que el proceso hacia el cual se encamina la empresa, es un proceso de diferenciación y distinción, que antes de embarcarse tiene que tener cubiertos otros requerimientos básicos, como es el cumplimiento de la legislación. “Nosotros hemos sido sumamente rigurosos en cumplir con todas las normativas que regulan las diversas áreas de nuestro rubro, desde la legislación medio ambiental, hasta la legislación de vivienda y construcción”, asegura Arenas.

Algunas de las directrices en las que han basado su estrategia transversal de sostenibilidad en la empresa, son los seis pilares que propone la Cámara Chilena de la Construcción, que abarca un amplio espectro de necesidades de la empresa. Estas son gobernanza, capital humano, seguridad y salud laboral, cadena de valor, medioambiente e innovación y productividad. A estos pilares, Bravo Izquierdo tiene como objetivo incorporar un séptimo pilar, el de comunidad. Este importante pilar tiene relación con el contexto en el cual se ejecutan las operaciones, es decir, la situación social, ambiental, política y educacional en la cual se está desarrollando el proyecto.

Muchas compañías consideran la sostenibilidad como un factor clave para fomentar el crecimiento en nuevos mercados con la vista puesta en la recuperación económica. A partir de este punto, incorporan sistemas de gestión que impliquen un ánimo de superación a través de la mejora continua y de planificación de actividades, estableciendo objetivos de mejora medioambiental.

Por encima de una consideración de la sostenibilidad, las organizaciones que integran este concepto en su estrategia y toma de decisiones discurren que la obtención de beneficios es el principal objetivo de las empresas, pero no su única razón de ser, y optan por una reflexión a largo plazo sobre las decisiones y las inversiones estratégicas. Contribuyen, por tanto, a crear un marco donde las empresas puedan gestionar sus operaciones de modo que se fomente el crecimiento económico y la competitividad, al tiempo que se garantice la protección del medio ambiente y se ponga en valor el impacto social de la actividad empresarial.